lunes, 11 de febrero de 2013

Enfermedad Inflamatoria Pélvica

Este es un término general para nombrar la infección de las capas que revisten el cuello del útero, el útero, las trompas de Falopio y los ovarios. La infección de estos órganos es lo que da nombre a esta dolencia, que trae consecuencias graves para la mujer que la sufre. La Enfermedad Inflamatoria Pélvica (EIP) también es conocida como Ooforitis, Slapingitis, Salpingo ooforitis o Salpingo peritonitis.

¿Qué causas originan la Enfermedad Inflamatoria Pélvica (EIP)?

El origen de esta dolencia es una infección bacteriana, normalmente causada por las bacterias que provocan la Clamidia y la Gonorrea. El desarrollo de la EIP ocurre cuando los microorganismos que la provocan suben desde la vagina o el cérvix hacia otras zonas más profundas del órgano reproductor femenino, como el útero, las trompas de Falopio o incluso los recubrimientos de cada uno de estos órganos.

Las bacterias que la provocan, se transmiten por vía sexual, por eso, la Enfermedad inflamatoria Pélvica casi siempre se origina tras haber padecido una enfermedad de transmisión sexual.

No obstante, no es la única manera de desarrollas esta enfermedad. A veces los elementos patógenos pueden introducirse en el cuerpo de la paciente durante un proceso quirúrgico en la zona pélvica, un parto, pruebas como una biopsia o incluso durante un aborto, ya sea voluntario e inducido, o espontáneo con necesidad de legrado.

La EIP es un verdadero problema médico, porque la incidencia de la enfermedad es cada vez mayor, y la edad de desarrollo cada vez más temprana. Los síntomas pueden confundirse con los de otros trastornos, sin embargo, la enfermedad inflamatoria pélvica puede llegar a causar infertilidad si no es tratada de la forma debida.

¿Quién tiene más posibilidades de desarrollar la EPI?

Como hemos expuesto anteriormente, la mayoría de los casos están causados por las bacterias de la clamidia o la gonorrea. Por eso, los factores que hacen vulnerables a las personas a tener una enfermedad de transmisión sexual, son los mismos que hacen a una mujer ser propensa a desarrollas la enfermedad inflamatoria pélvica.
Tener muchos compañeros sexuales o tener sexo sin protección son los principales riesgos. Haber padecido ya una ETS también es un factor a tener en cuenta.
La colocación de un DIU o los procedimientos médicos que hemos nombrado en el apartado anterior, también son factores de riesgo.

¿Qué síntomas alertan sobre una posible Enfermedad Inflamatoria Pélvica?

Los dolores en la zona pélvica suelen ser los primeros signos de alerta. A veces van acompañados de fiebre, aunque no siempre. Lo normal es que sean episodios febriles intermitentes que no se asocian a otra dolencia.
Además, suele aparecen un cambio en el flujo vaginal. Se vuelve anormal, cambia su espesor, consistencia y a veces incluso su olor y su color.
En casos más acusados puede ser normal que se presenten sangrados vaginales tras el coito u otros síntomas como dolor o escozor al orinar, escalofríos (por la fiebre), cambios menstruales, como aumento de los cólicos o desaparición de la menstruación, así como dolor durante las relaciones sexuales.
Todo este tipo de alteraciones pueden ser síntomas de EIP. Sin embargo, son muchos los casos asintomáticos, que pasan inadvertidos entre las pacientes. Muchas veces, es descubierta por episodios de embarazos ectópicos o problemas de fertilidad.

¿Cómo se diagnostica la EIP?

Para diagnosticar este trastorno es necesario hacer varias pruebas médicas. Lo primero es la revisión ginecológica. El doctor puede observar una hipersensibilidad al dolor en la zona pélvica, así como facilidad de sangrado en el cuello del útero. Además, será fácil para el doctor ver si el flujo vaginal o el moco cervical son anormales.
También se llevan a cabo pruebas hematológicas y cultivos del flujo vaginal para saber si existen los microorganismos causantes de la misma, sobre todo las bacterias causantes de clamidia y gonorrea.
También se realizan otros exámenes médicos, para descartar otras dolencias como la apendicitis, o la presencia de un embarazo ectópico.

Prevención y tratamiento de la Enfermedad Inflamatoria Pélvica.

El Tratamiento de la EIP depende sobre todo de la infección que la haya causado. Dependiendo del microorganismo que la origine se administrarán uno u otro antibiótico. En casos severos requiere hospitalización para administrarlos vía intravenosa.
Además es necesario seguir controles rutinarios, para confirmar la eliminación total de la infección, así como tratar a la pareja sexual de la afectada, para que no se produzcan infecciones de repetición.
Lo más importante es saber cómo prevenir la enfermedad, es al medida más importante, ya que es difícil de detectar, y si no se ataja a tiempo, puede causar infertilidad, embarazos ectópicos, o dolor pélvico crónico. Es necesario tratar todas aquellas infecciones que puedan afectar a los órganos reproductores, para que no desencadenen en una EIP. Y por supuesto, practicar sexo seguro, aunque el condón no elimine totalmente los riesgos, disminuye el porcentaje de los mismos.

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