miércoles, 1 de agosto de 2012

El Sexo Durante La Lactancia

De sobra es sabido, que el embarazo y posteriormente la lactancia, hacen que la libido femenina se transforme a niveles totalmente diferentes a los que habitualmente disfrutaba cada mujer. El deseo sexual se ve tremendamente afectado, y es que la maternidad es uno de los acontecimientos más importantes en la vida de la mujer, que cambia completamente su rutina, y por tanto afecta al resto de sus áreas vitales.
A algunas además les afecta más que a otras, y el cambio puede ser tan brusco que en muchos caso la pareja se ve tremendamente afectada por el cambio tan drástico que se da en sus relaciones íntimas, e incluso en su vínculo afectivo.
Hoy nos vamos a centrar en la sexualidad durante el periodo de la lactancia, una época difícil para la madre, de adaptación al cambio y mucho agotamiento físico.

¿En qué situación se encuentra la madre que da el pecho?

Ya en el embarazo el cuerpo, la rutina y el deseo cambian considerablemente. Pero en la lactancia la cosa se recrudece, y es que después del parto, la mujer sufre importantes cambios hormonales durante la lactancia. Además su vida se centra por completo en la atención de su hijo durante los primeros meses, y eso conlleva noches sin dormir, y una bajada importante en la autoestima de la madre, que deja de centrarse en sí misma, precisamente en un momento en el que ve que su cuerpo ha empeorado como fruto del embarazo y el parto. Todo este cóctel de responsabilidades, hormonas y emociones, hace que las recientes mamás pierdan el interés por el sexo casi por sistema.

Pero ¿Qué es lo que hace que disminuya el deseo sexual durante la lactancia?
Pues como hemos dicho son mucho los cambios, pero vamos a resumir los más importantes y vamos a explicar cómo influye cada uno de ellos:

Revolución hormonal durante la lactancia

Además de todas las hormonas sexuales que hacen que el cuerpo femenino vuelva a la normalidad después del parto, hay que sumar el efecto de la hormona por excelencia durante este periodo: La oxitocina. Esta hormona es la responsable de que los pechos segreguen leche. Pero además, la oxitocina es la hormona conocida por despertar sentimientos de amor y apego. De hecho, es una hormona muy importante durante las relaciones sexuales, ya que es la que hace que la pareja se sienta unida, sobre todo tras su liberación durante el orgasmo. Sin embargo, durante la lactancia parece ser que esta hormona solamente se fija en el bebé, y estos sentimientos de apego se dirigen solamente hacia el mismo. Se trata de una respuesta orgánica inteligente, que se da para que la madre proteja a la criatura.
Otra de las hormonas que influyen en el pésimo estado del deseo sexual durante la lactancia, son los estrógenos. Durante el tiempo que la madre da de mamar a su bebé, el nivel de estrógenos cae en picado, para evitar la ovulación. En este estado, el instinto sexual también decae claro. Por eso además, durante el tiempo en el que no hay ovulación, la lubricación también es mucho más deficiente. Aunque este problema puede solucionarse con un simple lubricante.

Tener un bebé es agotador

Te acapara al 100%. Hay que darle de comer cada dos horas, incluso por la noche. Y si entre medio de las tomas además llora ¿Cuándo duermes? La falta de sueño, el esfuerzo físico de tener en brazos al bebé muchas horas al día, o de llevar a cabo las tareas domésticas cargando a menudo con más de 4 kilos en brazos… puede resultar agotador. Por eso, cuando por fin el bebé duerme, y sabes que hay dos horas al menos de tranquilidad (con mucha suerte), la madre solo quiere descansar. Muchas veces los hombres “atacan” durante estos momentos de paz, y casi siempre encuentran el rechazo de sus mujeres. Es de entender que necesiten un respiro, y rechacen el sexo, que desde esa perspectiva se ve como otra actividad extra para aumentar la fatiga.

Cambios en el cuerpo de la madre

Nueve meses de embarazo pueden causar estragos en la figura de la madre. La mayoría se recuperan después del parto, pero durante un proceso que puede duran varios meses. Mientras, la mayoría suelen ver su cuerpo con un aspecto que no les gusta demasiado, y esto hace que su autoestima baje. Y claro, si la autoestima baja, el deseo sexual normalmente también lo hace.
Además, tras el parto, que es un proceso bastante doloroso, pueden quedar secuelas en el aparato reproductor femenino. Las cicatrices en la vagina, o la provocada durante la cesárea, pueden hacer que se sientan dolores y punzadas, que se agudizan durante el sexo. Los pechos además están excesivamente sensibles y doloridos de amamantar, y otras partes del cuerpo como el cuello, hombros, brazos o espalda se resienten por el esfuerzo de tener en brazos al bebé.
En definitiva, el dolor y el agotamiento, no son buenos amigos del deseo sexual…

¿Y cuándo se recupera la libido?

Por suerte, esta situación no durará eternamente. Poco a poco el deseo sexual vuelve a la madre (si no todas tendrían un hijo como mucho). Pero todo requiere un tiempo, que para cada mujer es diferente. Normalmente, cuando ellas se adaptan a su nueva vida con el bebé, las heridas cicatrizan, y sus niveles hormonales se estabilizan, las cosas vuelve a su sitio, y el deseo sexual vuelve a aflorar.

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