¿Te has dado cuenta que, de vez en cuando, cuando acudes a algún sitio, te quedas mirando mucho a una persona? 

A lo mejor esa persona no tiene demasiado atractivo pero la miras y no puedes apartar la mirada, quizás por una cosa, quizás por otra, es algo que no sabes a ciencia cierta por qué se produce pero ahí está.

Pues eso que te ocurre puede que sea motivo de las hormonas en ambos que se han despertado y que se sienten atraídas, algo que no se conoce mucho pero que las investigaciones están empezando a prestar atención porque pueden influir a la hora de ligar (de ahí que se hayan sacado tanto perfumes con feromonas para despertar las hormonas que tenemos todos, hombres y mujeres, y conseguir mejores resultados en nuestras relaciones).

Las hormonas pasan desapercibidas, no es algo que puedas decir que te has echado o que quieres una hormona del tipo A o B, están dentro de nosotros y ni huelen ni tienen color ni tampoco son palpables. Sin embargo, las 

hormonas funcionan de verdad y son muchos los que han experimentado que, al estar al lado de una persona desconocida, se han sentido atraídos por él o ella sin saber bien por qué, sin ser siquiera el tipo que solía buscar.

Las hormonas entran en juego cuando se suda porque es cuando se suelen expulsar una serie de feromonas que, dependiendo de la persona que esté cerca, y captándola por el olfato, nos hace más o menos atractivos hacia la otra persona. Hay muchos que no necesitan de perfumes para llamar la atención, en algunos casos porque las propias hormonas que tiene hace que su olor personal, algo que todos tenemos, sean lo suficientemente fuertes como para atraer.

Además, hay que tener en cuenta la autoestima que da el tener hombres o mujeres que se fijen más en una persona. 

A la hora de ligar el confiar en las habilidades y en que puede lanzarse a conversar con una persona desconocida es importante y es donde entran en juego las hormonas porque, quién más y quien menos, destila en esos momentos algunas hormonas fruto de la adrenalina que despiertan con lo que la primera reacción de la persona puede hacer pensar si realmente es compatible o siente algún tipo de debilidad por el olor corporal.

Para conseguir aumentar los resultados es que, hace unos años, se sacaron perfumes de feromonas. Algo que quizás no sepas es que la mayoría de los perfumes que hay en el mercado tienen, en mayor o menor grado, algunas femononas, pero éstos en concreto tienen una concentración mayor para potenciar las propias hormonas para ligar.

Ahora bien, los resultados no son para todos los mismos, hay quien dicen que les funcionan y a quienes no notan nada del otro mundo. Lo que sí coinciden todos ellos no es quizás en el hecho de ligar más o menos sino más bien en el que las personas los miren más. Esto es debido a que, la mezcla con las feromonas y las hormonas que tiene cada persona (independiente de que se vaya a ligar o sea un día cualquiera) hace que atraigan a las otras personas, tanto a hombres como a mujeres.

De hecho te proponemos que lo intentes, que busques algún perfume de feromonas y pruebes. Es posible que a las dos semanas te des cuenta de que las personas se fijan más en ti (aunque eso no se traduzca en ligar más).

Las hormonas y el olfato

Está demostrado que los seres humanos, y en especial los hombres, son como los animales. Recientes estudios establecen que cuando una mujer les atrae lo hace cuando el olfato les indica que hay posibilidad de procrear con ellas, es decir, notan cuando una mujer es sexualmente activa y además puede procrear (esto es debido a los instintos primitivos que se tenían en la Prehistoria y que aún se conservan).

De hecho, por el olfato un hombre es capaz de decir muchas cosas de una mujer, por ejemplo cuando estás ovulando ya que la reacción que suelen tener ellos es la de producir el doble de testosterona y estar más predispuestos a las relaciones sexuales. Eso sí, hay una excepción y es para aquellas mujeres que toman la píldora. 

Para ellas, debido a que se alteran las hormonas con la medicación, hace que el olfato del hombre pueda fallar.

De hecho, la relación entre las hormonas y el sexo se puede calificar como “amor hormonal”.