El uso de anticonceptivos conlleva una serie de decisiones que es importante tomar. Algunos no interfieren en la salud general de quien los utiliza. Sin embargo, los anticonceptivos hormonales son medicamentos, y como tal, tienen muchos beneficios pero también tienen contraindicaciones e incluso efectos secundarios. Por eso, antes de tomar la decisión de empezar a tomarlos, es necesario estudiar el caso personal de cada mujer, y sopesar las distintas contraindicaciones.

No existe un anticonceptivo mejor que otro, sin embargo a cada persona le puede venir mejor un anticonceptivo determinado. Lo importante es encontrar la mejor opción para cada persona, según sus necesidades, según su salud sexual y según su estado de salud general.

A la hora de impedir un embarazo, puede hacerse de dos maneras: una, poniendo barreras entre el óvulo y el espermatozoide, por ejemplo con preservativos, diafragmas, y elementos de profilaxis; y otra, impidiendo la ovulación, o la implantación del óvulo en el útero. Pues bien, los anticonceptivos hormonales son sustancias cuya estructura química es similar a la de las hormonas sexuales que segrega el cuerpo de la mujer. Por eso, administrando estas sustancias se consigue cambiar o modificar el ciclo menstrual, para poder impedir el embarazo.

Si se utilizan siguiendo de forma rigurosa las instrucciones del prospecto, poseen una efectividad muy alta. Es muy difícil que se dé un embarazo (aunque no es del todo imposible).

El uso de anticonceptivos puede además reportar grandes beneficios a las mujeres que tienen problemas con su ciclo menstrual. Pero como todo medicamento, debe ser un médico el que te prescriba su utilización. Además, él es el que mejor puede aconsejarte para elegir el anticonceptivo hormonas que mejor te vaya.

Además del lógico que da el nombre a estos medicamentos, el de evitar la concepción, aporta muchos beneficios a la salud femenina.

Los anticonceptivos hormonales son “obligatorios” en mujeres que corren riesgo si se quedan embarazadas. Enfermedades como ictus, determinados cánceres como el de endometrio, ovario, o mama, cardiopatías, cirrosis, enfermedades crónicas como el SIDA, presión arterial intestable, determinadas diabetes, etc. Son enfermedades que pueden complicarse, y mucho, si una mujer atraviesa por una gestación.

Sin embargo, el uso de anticonceptivos puede prevenir quistes ováricos, tumores benignos en las mamas o la matriz, e incluso determinados cánceres genitales.

Como medicamentos, los ginecólogos lo utilizan para prevenir problemas como sangrados menstruales irregulares, excesivos y o duraderos, para tratar el síndrome premenstrual, el síndrome de ovario poliquístico, la endometriosis, miomas, etc.

Tomar anticonceptivos además puede mejorar los problemas de acné, hirsutismo, osteoporosis e incluso de obesidad cuando su origen es hormonal. La Enfermedad Inflamatoria Pélvica también mejora con el consumo de anticonceptivos hormonales. Y lo mismo ocurre con la artritis reumatoide.

Son los más utilizados, porque según las mujeres es la forma más cómoda y segura de prevenir un embarazo no deseado. Los anticonceptivos hormonales no interfieren en la relación sexual, y hace que sea más natural, sin tener que parar a colocar un preservativo por ejemplo. Su administración solo depende de la mujer, por tanto, es totalmente libre para usarlos, sin tener que depender de su pareja. Es discreto, nadie sabe si los tomas o no. Hacen que te despreocupes del embarazo, y por tanto, que te relajes y disfrutes más del sexo. Su efecto es reversible, y el tratamiento puede interrumpirse en cualquier momento.

Además, bajo un mismo concepto los anticonceptivos hormonales se presentan en diferentes formatos: pastillas, anillos, inyecciones, implantes parches… para que cada mujer pueda adaptar su consumo a su tipo de vida o sus necesidades médicas.

Los anticonceptivos actuales contienen una menor concentración de hormonas que los de hace décadas. Antiguamente, los efectos secundarios eran mucho mayores, y su consumo afectaba a la respuesta sexual, disminuyendo en exceso el deseo. La cantidad que llevan ahora es tan leve, que los efectos son prácticamente nulos.

Utilizar este tipo de anticonceptivos mejora la relación de pareja. Las relaciones sexuales no tienen interrupción. Ayuda a ser más espontáneo, porque puedes tener sexo en cualquier momento, sin miedo al embarazo.

El poder planificar el desarrollo y crecimiento de tu familia, ayuda mucho en la vida de pareja y eso se refleja en las relaciones sexuales.

Sin embargo, no todo es positivo. Los anticonceptivos tienen efectos secundarios y también contraindicaciones que conoceremos en otro post la semana que viene.