miércoles, 9 de julio de 2014
Sexo con inteligencia
Cuando
se habla de sexo, normalmente solo se piensa en una cosa, los órganos sexuales,
cuando en realidad no es así. Si bien se sabe que los órganos sexuales son realmente
una fuente del placer tanto para el hombre como para la mujer, no están siempre
excitados, sino en letargo, y es otro elemento el que los despierta, la mente
y, más concretamente, los impulsos eléctricos que reciben del mismo a través
del sistema nervioso central. Entonces, ¿qué es lo que realmente se convierte
en el órgano sexual más potente de las personas? Sin duda, el sistema nervioso
central y la mente.
Como
sabes, la mente dirige muchas de las funciones del cuerpo humano siendo una de
ellas la segregación de hormonas. Si tu cerebro te descarga feniletilamina
podrás descubrir lo que es la lujuria; si la descarga es de oxitocina tendrás
más dependencia de la otra persona pues te sentirás tan bien con él o ella que
propiciará la monogamia.
Un orgasmo
es algo parecido a una explosión de hormonas que se disparan por tu cuerpo y
eso solo lo dirige el cerebro, no los órganos sexuales ni del hombre ni de la
mujer.
Ya
desde siempre se sabía que los órganos sexuales, el pene y el clítoris, no eran
realmente los órganos sexuales propios, no tienen modo propio, no funcionan por
su cuenta sino que es la mente, el cerebro, quien los mueve y rige la conducta
de las personas. De hecho, lo que tenemos en la cabeza permite obtener una
dimensión desconocida en los mamíferos del mundo.
El
profesor Alonso de Medina comentó "en el hombre, el acto sexual es algo
más que el puro sexo bestial de procreación; es también un sexo de relación, un
diálogo físico, una actividad lúdica que sirve al propósito de unión de la
pareja".
Si
nos basamos en esto podemos decir que, la conducta sexual que se lleva a cabo
está condicionada por aquello que esperamos, por los conocimientos, las
fantasías, los mitos, los tabúes, las creencias, los traumas, la educación,
etc. que va construyendo la vida de una persona y lo dota de lo que podríamos
decir una “relación sexual según el nivel de inteligencia sexual”, un concepto
que proviene de dos psicólogos, Sheree Conrad y Michael Milburn, de Bostón.
Según
esto, la inteligencia sexual, o el sexo con inteligencia, se produce cuando la
persona fija un coeficiente de inteligencia sexual a sí mismo que, se supone,
debería ser cada vez superior de padres a hijos puesto que éstos tienen mucha
más información de la que tuvieron los padres. Sin embargo, en muchos casos no
es así y está haciendo que el nivel sea el mismo o inferior debido a las viejas
actitudes que hay en el sexo, el hecho de sentir vergüenza, represión o que no
se pregunte por ello. También el hecho de que, hoy día, películas, series de
televisión, música y demás aspectos de la sociedad hagan que se tenga que
luchar por ser un sex symbol o una mujer cañón ha hecho que las personas no se
vean como tales y no tengan la autoestima que necesitan, que se vean inferiores
a otros.
¿Cómo
conseguir el sexo con inteligencia?
Para
conseguirlo puedes:
- Informarte lo mejor posible contrastando datos sobre todo si se encuentran algunos que se contradicen entre sí y preguntando a expertos.
- Evitando sentirse avergonzado por un tema así. Es algo natural en el ser humano y en los animales, así que no se debería tratar como si fuera algo malo.
- Descubrir tu propio sexo, bien con los juguetes sexuales o bien con otro tipo de productos que te ayuden a saber lo que te gusta más, lo que te gusta menos, etc.
- Empatía. El sexo es cosa de dos y, si uno disfruta pero el otro no puede conllevar que no haya una plena satisfacción por parte de ninguno de los dos. Para evitar esto lo mejor es intentar empatizar, abrirse a los demás y conectar. De esa forma se consigue entender a los otros, saber lo que les puede gustar y combinarlo con lo que te gusta a ti.
Ahora
te toca a ti probar con la inteligencia sexual y descubrir lo equivocado que
estabas antes. Seguro que lo consigues y además mejoras siendo mejor persona.
"La inteligencia sexual implica aprender a ser sinceros con nosotros
mismos y con nuestra pareja, sobre quiénes somos sexualmente."
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