Desde el momento que se produce la confirmación de un embarazo hasta que transcurren nueve meses, el periodo en el que una mujer lleva en su vientre al bebé, hay muchos cambios que afectan a la mujer y, en general, a todo su entorno.

Estos cambios son evidentes desde el primer momento y por eso, en Salud Sexual, queremos que puedas ver cómo es todo el proceso.

El primer signo que suele avisar a una mujer de que podría estar embarazada es, sin duda, la ausencia de menstruación aunque, en algunos casos, hay mujeres que la conservan a pesar de estar embarazadas. La sensación de hinchazón, hormigueo o molestias en los pechos puede ser otro síntoma que te ponga en alerta.

También podría ser que notaras algunas molestias en el vientre o incluso náuseas.

Si te ocurre eso lo mejor es acudir a una farmacia para comprar un test de embarazo que puede confirmarte si lo estás aunque, una vez lo haya hecho, y repetido un par de días después, es mejor acudir al médico de cabecera para hacer un análisis de sangre que confirme oficialmente tu estado (porque algunas veces las pruebas de embarazo pueden dar un falso positivo).

El embarazo no se puede dar por acción divina. Necesita de unas relaciones sexuales donde se produzca la unión de un espermatozoide con el óvulo de la mujer. Esto es a lo que se denomina fecundación y la unión es lo que forma el llamado “óvulo fecundado” que es lo que irá cambiando y desarrollándose (en realidad, eso que ahora no parece nada, es un bebé). Ya ahí tienes varias características del mismo: sexo, color de ojos, color de pelo, etc.

La fecundación se produce a la mitad de la menstruación, a los 14 días después de la última regla, eso si se tiene una regla normalizada, es decir, que baja cuando debe bajar. En general, cada mujer es diferente y, según su ciclo menstrual, puede darse antes o después de esos 14 días (por lo que se dan normalmente unos días más de propina).

La duración del embarazo es de 40 semanas, 9 meses más o menos y, durante esa época, se produce un desarrollo en el bebé que va cambiando cada mes. De hecho, el desarrollo en el útero pasa por dos fases diferentes: por un lado el periodo embrionario, que lleva los dos meses y medio de embarazo; y, por otro lado, el periodo fetal que va desde los dos meses y medio hasta la finalización del estado en que te encuentras.

Durante el primer mes de embarazo el bebé no es considerado como tal sino que se le llama embrión. Éste mide medio centímetro y comienza a formarse en este mes el cerebro, la columna, los riñones, el aparato digestivo y los brazos y piernas junto al hígado. Es una fase muy importante de su desarrollo porque, si falla algo, puede dar problemas en los siguientes meses. Por eso es tan importante saber cuanto antes si se está embarazada para quitar todo aquello que pudiera ser negativo para su desarrollo.

Ya en el segundo mes de embarazo el embrión ha crecido. De hecho, de medio centímetro pasa a los dos centímetros y medio y la cabeza se diferencia del resto del cuerpo distinguiendo incluso los ojos, nariz, boca y orejas. Los brazos y las piernas también se pueden distinguir aunque en el caso de las piernas, por el cordón umbilical, puede ser un poco más difícil de ver pero ahí estarán.

En cuanto a los órganos, el corazón es el que más llama la atención porque es a los dos meses cuando empieza a latir (y es cuando una de las pruebas de las embarazadas es el de escuchar el latido del bebé).

Durante el tercer mes de embarazo el feto, ya no embrión porque tiene un tamaño de 4cm y ya se le considera feto, ya tiene una forma más parecida a un humano. Puede incluso moverse y, a lo largo del mes, duplica su tamaño hasta los 8-10 centímetros. La cabeza, en proporción con el cuerpo es mucho más grande y lo tiene todo formado.

Ya puede tragar aunque no lo haga por sí mismo. De hecho el aparato digestivo tiene una sustancia que suele expulsar los primeros días de vida (es como una protección de sus sistema digestivo hasta que comienza a utilizarlo, para que no se infecte ni haya problemas en el mismo).

Normalmente se dice que, a los tres meses, ya puedes saber el sexo de un bebé pero lo cierto es que, los genitales, se forman completamente en el cuarto mes y es cuando se puede saber a ciencia cierta si es niño o niña (salvo que ese día pille una mala postura y no se pueda ver o esté de una forma concreta que impida el poder saber realmente el sexo que tiene, sobre todo en el caso de las niños que pueden parecer niñas porque no se les ve bien aunque, hoy día con las ecografías que hay, no se suelen tener dudas).

En general, la piel también se va formando cubierta por una capa blanquecina que se llama vermix y que le sirva para proteger la piel del líquido amniótico cayéndosele después en el nacimiento.

Esto es algo que ocurre entre el cuarto y el quinto. Hay fetos que pueden tenerlo antes y otros que tardan algo más, de ahí que hablemos de un par de meses a la vez. Y es que el bebé empieza a moverse, al principio muy suave pero más adelante con mayor fuerza.

A nivel de ecografía vas a poder ver que es capaz de llevarse la mano a la boca e incluso puede tener tos o hipo. Y además también va a dormir y a estar despierto. Esto no tiene por qué coincidir con las horas de sueño y día de una persona, él puede tener sus propios ciclos por lo que, a veces, puedes encontrarte con que el niño está despierto cuando tú duermes y al contrario.

Llegando ya a estos seis meses el cuerpo de la madre habrá cambiado bastante y en cuanto al bebé seguirá desarrollándose porque, en este periodo de tiempo, el pelo de la cabeza, las cejas, las pestañas y un fino vello empieza a crecerles. A este último es al que se le llama “lanugo” y es lo que le da esa suavidad que tienen al nacer.

En cuanto a su peso, llega a pesar unos 1000 gramos, 1 kilo, y a medir unos 35cm aunque esto dependerá de los padres y de cómo esté evolucionando el embarazo para tener ese peso o más. También hay que tener en cuenta que pueden presentarse enfermedades en las embarazadas donde hay que intentar prevenir antes de que ocurran.

Ya llegando al final del embarazo, nos encontramos en un periodo en el que, en realidad, el bebé ya podría nacer porque se completan todos los órganos y solo le queda engordar las últimas semanas. Por eso es que, un bebé que nace a los 7 meses, puede ser que sea más pequeño porque no ha cogido ni el peso ni la grasa que sí hubiera obtenido de haberse quedado dentro.

Estos serían los bebés prematuros que pueden nacer incluso desde el sexto mes y cuya esperanza de vida suele ser más elevada conforme nos acercamos más a cumplir los meses que deben estar los bebés en el vientre materno.

El octavo y noveno mes de embarazo, como se ha comentado antes, son meses en los que el bebé lo que hace es engordar, coger peso y grasa hasta obtener el ideal en un bebé que son los 3-3,5 kilos con una longitud de unos 50cm. También el pelo y las uñas suelen crecer.

En estos meses también notarás que se mueve más el bebé y es debido a que suele colocarse con la cabeza hacia abajo para que, en cualquier momento, se produzca el parto.

Los médicos recomiendan en esta época del embarazo que se ande para ayudar a que el movimiento haga que la barriga, y por tanto el bebé, baje y el parto sea después mucho más sencillo de llevar a cabo, sobre todo en caso de que se sea primeriza porque es cuando cuesta más.

Como resumen, podríamos decir que el embarazo se divide en tres fases diferentes que son: los tres primeros meses de formación donde el bebé empieza a desarrollar todos los órganos y elementos que necesita; los tres meses siguientes, de perfeccionamiento, para completar todos los órganos; y los tres últimos meses, de crecimiento, para ganar peso y poder nacer completamente sano.