El hermafroditismo, hoy denominado intersexualidad, es un trastorno del desarrollo sexual por el que el sujeto que lo padece posee genitales internos y externos de sexos diferentes o ambiguos. El nombre proviene del mito griego del hijo de Hermes y Afrodita, que, mientras se bañaban juntos, suplicó a los dioses que la fundieran con él y quedaron unidos en un solo cuerpo.

Existen varios tipos de intersexualidad. En el primero de ellos, denominado “46, XX”, aunque la persona tiene los cromosomas y genitales internos (ovarios, útero y trompas de Falopio) de una mujer, sus genitales externos tienen

El hermafroditismo es una condición biológica de algunos animales, que reúnen en un mismo cuerpo características de los dos sexos, el masculino y el femenino. Es decir, el mismo ser es capaz de reproducir células sexuales (óvulos y espermatozoides), y fecundarse a sí mismo.

En los seres humanos ocurre algo parecido, aunque no exactamente igual. Las personas pueden tener órganos sexuales femeninos y masculinos, pero no se conocen casos en los que se autofecunden. Hasta ahora también se les llamaba hermafroditas, sin embargo, al no contar estas personas con la capacidad reproductiva que tienen los animales denominados como tal, actualmente se les llama “intersexuales”.

La intersexualidad es una condición genética de las personas, que se da de forma muy poco común. Estas personas tiene unas características cromosómicas que discrepan con los órganos sexuales y o con la forma de los genitales. Por ejemplo, una chica con cromosomas XX (femeninos), que tiene testículos, y un micropene. O un chico, con cromosomas XY (masculinos), y una abertura vaginal, o un pene y ovarios… La intersexualidad puede presentarse de múltiples maneras, no tiene una forma estándar para aparecer.