domingo, 9 de septiembre de 2012
Las Causas Más Comunes De Las Disfunciones Sexuales
Cuando aparece una disfunción sexual, sea del tipo que sea, es importante conocer la causa que la motiva para poder encontrar la solución. Entre todas las causas posibles, podemos encontrar tres grande grupos: los factores psicológicos, los biológicos y los socioculturales. También es verdad que a menudo ocurre que no es una, sino varias causas las que provocan la disfunción, que dependiendo de su origen, será más o menos difícil de tratar.
Factores psicológicos que provocan disfunciones sexuales
El ser humano busca por naturaleza el placer en las relaciones personales. Por eso, procura afecto y una respuesta placentera en las relaciones afectivo-sexuales. Cuando en una relación, sea del tipo que sea, estas expectativas no se cumplen, o no se desarrollan de la manera prevista, aparecen problemas emocionales. No encontrar sensaciones agradables, y sentirse incómodo en una relación, sea por la causa que sea, lleva a un desequilibrio emocional que puede afectar al desempeño sexual.
Dentro de estas causas de origen psicológico, encontramos dos grandes grupos:
- Factores interpersonales: Son desequilibrios en las relaciones con otras personas. Los más comunes son los problemas de pareja: falta de comunicación, objetivos personales diferentes, diferencias personales, etc. Cuando esto ocurre, la falta de entendimiento puede generar muchos muros entre la pareja. La ansiedad por cumplir con las expectativas del otro, el sentimiento de culpa, o el sentimiento de inferioridad con respecto al otro, etc, causan disfunciones sexuales como la anorgasmia o la disfunción eréctil.
- Factores personales: Todo aquello que nos afecta como persona, nos afecta también en las relaciones con los demás. Muchas veces tenemos miedos y actitudes infundadas por la educación que hemos recibido o la cultura donde nos hemos criado. Ese tipo de factores pueden alterar nuestra conducta sexual y provocar desajustes en las relaciones de pareja. Muchas veces, el miedo por ejemplo nos provoca una respuesta sexual incorrecta, el no conseguir lo que esperan de nosotros, es frustrante y hace que las relaciones sexuales no funcionen. Muchas veces, ese mismo miedo provoca ansiedad, y la ansiedad a su vez altera las reacciones fisiológicas necesarias para la respuesta sexual. El estrés reinante hoy en nuestra vida también es muy negativo, así como el resto de problemas psicológicos derivados del trabajo, de las fluctuaciones de autoestima, la educación recibida, etc.
Factores biológicos que provocan disfunciones sexuales
Existen muchas enfermedades y muchos tratamientos para las mismas que influyen en los procesos fisiológicos de la respuesta sexual. Los más comunes son los problemas de circulación, problemas hormonales, problemas neurológicos y medicamentos para este tipo de trastornos.
- Alteraciones vasculares: Tener problemas de circulación puede provocar alteraciones en la fase de excitación. En ellas este tipo de problemas alteran la lubricación y la sensibilidad en los genitales. En ellos, problemas de erección.
- Alteraciones neurológicas: Cualquier tipo de problema en la médula puede dificultar la respuesta sexual. También enfermedades degenerativas como la esclerosis, así como lesiones cerebrales. Todas estas alteraciones pueden causar dificultades varias a la hora de mantener relaciones sexuales.
- Problemas hormonales: alteraciones que provocan falta de deseo o error en alguna de las fases de la respuesta sexual, por ejemplo con la falta de testosterona. También enfermedades endocrinas, como la diabetes, que afectan al organismo en general y a la sexualidad.
- Medicación: Algunos tratamientos, como los indicados para determinadas enfermedades mentales (antidepresivos, antipsicóticos, etc), medicamentos contra la ansiedad, o incluso algunos fármacos contra la hipertensión, provocan una respuesta sexual deficitaria.
Factores socioculturales que provocan disfunciones sexuales
Son mucho más importantes e influyentes de lo que creemos. Los valores de nuestra educación, y los mitos y tabúes transmitidos por nuestro entorno pueden afectar a nuestra salud sexual, muchas veces sin que ni siquiera lo sospechemos.
Existen ejemplos muy claros, como la obsesión con el coito. Todo el mundo entiende una relación sexual como algo que obligatoriamente conlleva penetración. Y eso provoca muchos problemas de anorgasmia e insatisfacción en las mujeres, que precisamente no consiguen de forma sencilla un orgasmo a través del coito. Mucha gente se centra en esto, olvidando que existen otro tipo de caricias y acciones que llevan más fácilmente al placer.
Lo mismo ocurre con los clichés sociales acerca de la mujer y el sexo. La población femenina se ha visto reprimida en este sentido a lo largo de la historia. Por eso muchas mujeres, aun hoy en día, no consiguen disfrutar de sus relaciones libremente.
Otra de las cosas que se afianzan a través de la educación que recibimos son los roles de género. Parece que en la sexualidad está muy definido lo que tiene que hacer el hombre y lo que tiene que hacer la mujer. Sin embargo, la naturaleza humana no debería regirse por esas imposiciones culturales. De hecho, la liberación sexual ha llevado a parte de la población a poder vivir libremente otro tipo de orientaciones y prácticas sexuales, aunque en ocasiones se tienen que enfrentar al rechazo social.
Los problemas de autoestima que afectan a la vida sexual, son casi siempre producto de los cánones sociales acerca de la belleza y el físico perfecto. La sociedad tiene una imagen artificial creada sobre el hombre y la mujer, y muchos se enfrentan a inseguridades y complejos que acaban afectando de forma grave a su vida sexual.
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