Una de las intervenciones femeninas que se pueden llevar a cabo, englobada dentro de la cirugía íntima femenina, y que quizás ahora está más de moda, (aunque ya se realizaba desde hace tiempo), es la llamada Labioplastia o ablación de primer grado, una intervención quirúrgica donde se dice que no se necesita hospitalización ni anestesia general sino local o sedación con el objetivo de rejuvenecer los genitales externos (para que se vean más bonitos, vamos, dándole más volumen y disminuyendo la turgencia, o lo que es lo mismo, quitándole unos cuantos años de encima a esa zona.

La labioplastia puede consistir solo en una actuación mínima (para rejuvenecerlos) o puede suponer un cambio más completo (por ejemplo reduciendo el tamaño de los labios mayores y menores y alterando el color que tienen ya que, en algunos casos, puede ser que el color se oscurezca por el paso de los años.


El hecho de tener unos labios mayores y menores grandes o pequeños no es algo que se pueda decidir ni tampoco influir demasiado en ellos (salvo que desde pequeña se moldeen para ello). Sin embargo, normalmente, la forma de los labios suele venir dada por la anatomía de la mujer y la propia genética. De hecho, cuando la anatomía cambia, por ejemplo porque pierdas una gran cantidad de peso, es posible que una operación de este tipo sea lo más adecuado para sentirte bien contigo misma a la hora de mantener relaciones sexuales, sobre todo si no ha habido una reducción del tamaño de los labios (y se han quedado descolgados). Otros casos como los embarazos o partos que puedan deformar los labios también son situaciones en las que una mujer se puede plantear este tipo de operación.

Tipos de labioplastia Dentro de la intervención de la labioplastia, como te hemos comentado antes, hay varias intervenciones que se pueden realizar y que serían:

Una reducción de los labios menores, que pueden ser con una extirpación del tejido que sobra y después una reconstrucción de los mismos.

Una reducción o aumento de los labios mayores, dependiendo de la situación de cada mujer, ya que puede suponer una molestia mayor a la hora de llevarlo a cabo.

Una liposucción del Monte de Venus, sobre todo cuando hay una caída de éste y se acumula la grasa en esa zona. Las operaciones de labioplastia no suelen realizarse de manera común por las mujeres pero sí es cierto que se dan casos en los que concurren molestias a nivel psicológicas por las cuales se toma la decisión de ser intervenida. Por ejemplo, puede ser porque se tienen demasiados labios mayores o menores que hacen sentir a la mujer insegura de su aspecto y más aún a la hora de mantener relaciones sexuales con la pareja.

La intervención de labioplastia Dependiendo del tipo de intervención que se realiza, la actuación será de una manera o de otra. En general no suele haber hospitalización sino solo un ingreso en el mismo día para usar sedación o anestesia local y realizar la operación. Es bastante rápida de hacerse salvo que, como te hemos comentado, suponga una reducción o aumento donde ya dependerá del caso de cada uno.

Una vez pasada la anestesia no hay problema para volver a casa y seguir el reposo en ese lugar. Labioplastia, ¿sí o no? Hay muchas mujeres que pueden haberse planteado en algún momento de su vida acerca de si su aspecto íntimo es el más adecuado o que hayan visto algo que las afea y hayan querido eliminarlo de alguna forma.

Aún hoy día muchas mujeres no se atreven a realizarse intervenciones en las zonas íntimas por miedo al cómo quedarán (a pesar de que, en este caso, hablamos de una operación mínima que no tiene por qué afectar al funcionamiento de los genitales porque se actúa por fuera,no por dentro como pudiera ser el caso de intervenciones relacionadas con la vagina). Se pueden encontrar algunas clínicas con casos específicos de labioplastia y médicos expertos en el tema pero, a pesar de eso, todavía no son muchas las que se deciden a realizárselo y solo cuando supone un impedimento para su vida normal y sexual con la pareja es que se deciden a considerar el problema con el objetivo de atajarlo a pesar del desembolso económico que puede suponer. Sin embargo, como en todo, siempre se ha de recurrir a un profesional aunque el coste sea mayor, para evitar después consecuencias negativas de la intervención. Esto es algo muy importante, así como el consultar con varios médicos antes de tomar la decisión.