Si eres mujer sabes que, de vez en cuando, has de usar compresas o tampones para pasar la menstruación ya que, otra posibilidad sería usar paños como se hacía antaño o bien con la copa menstrual que acaba de salir al mercado recientemente y que parece va bastante bien en cuanto a comodidad y eficacia en su uso.

Sin embargo, si aún sigues utilizando tampones y compresas hemos de decirte que tengas mucho cuidado porque no muchas mujeres saben lo que en realidad hay detrás de esa fabricación tanto de las compresas como de los tampones y ya es hora de que lo vayas sabiendo, no para que te pases a otras cosas sino porque la información es un arma muy valiosa que puede darte la opción a utilizar otros medios para controlar el flujo de sangre en la menstruación o bien proteger tus braguitas de otra manera.

Y es que muchos fabricantes de tampones, por empezar por ellos, incluyen un elemento que no debería utilizarse y es el asbesto. Para quien no lo sepa, el asbesto es un grupo de minerales que se da en la naturaleza y que produce cáncer. Así es, independientemente de que se use para los tampones, también se usa para forros de tubo, embragues, cemento aislante, etc. y es componente cancerígeno con lo que, en una zona íntima como es la parte íntima de una mujer, estás indirectamente aumentando las probabilidades de tener cáncer.

Esto es algo que se dio a través del Departamento de Biología Molecular de la universidad de Illinois quien dijo: “La industria del tampón incluye asbesto en sus productos con la intención de hacer sangrar más a las mujeres durante su período menstrual y favorecer así el aumento de consumo de esta mercancía” (Donna C. Booisseau, Universidad de Illinois).

Si esto no te ha puesto en alerta ya, todavía tenemos que hablar más sobre los tampones porque hay dos componentes más que también son malignos de alguna forma para el cuerpo humano, la dioxina y el rayón.

La dioxina es un químico que hace que el tampón se vea blanco. Sin embargo, lo que quizás no sepas es que es una sustancia altamente cancerígena y tóxica para el sistema inmunológico y reproductivo. Teniendo en cuenta que se está repitiendo el contacto 4-5 veces diarias durante 4-5 días al mes por muchos años, es lógico pensar que puedes provocarte algo malo.

Por su parte, el rayón es el elemento que fija de alguna forma el tampón a la vagina pero, éste en concreto, es responsable del shock tóxico del cual se dice que puede ser mortal pues se trata de una infección vaginal caracterizada por fiebre, dolores musculares, visión borrosa, fatiga, malestar, vómitos, diarrea, etc. y, en último grado, la propia muerte. De hecho, entre 1979 y 1980 se produjeron 50 muertes conocidas por el llamado shock tóxico que han ido reduciéndose poco a poco pero aún están ahí y es un peligro a la hora de utilizar tampones.

En el caso de las compresas no nos podemos quedar atrás porque también tienen lo suyo pero, no queremos repetir los datos y es que muchas compresas llevan los mismos componentes que te hemos dicho y es algo que no te dicen pero que están ahí y ha de saberse. Junto a ello hay muchas riesgos a la hora de usar compresas y tampones como cáncer de útero, cáncer de cérvix, endometriosis, problemas de embarazo, malformaciones y miles de cosas más que, conforme más estés en contacto con estos elementos, peor es.

Pues no se recuerdas que, en la época de tu abuela, bisabuela, etc. ellas no tenían compresas ni tampones y utilizaban unas gasas que se colocaban para recoger así el flujo de sangre de la menstruación lavándolo de vez en cuando y manteniendo la higiene intacta. Sabemos que eso es un engorro pero es más natural, sano e higiénico.

Pero, si no quieres, también tienes otra opción que es la de utilizar las copas menstruales o Softcup que es el nuevo desarrollo de una copa menstrual mejorándola de forma evidente y logrando aquello que la otra no llegaba a conseguir (por ejemplo tenerla 12 horas seguidas o bien disfrutando de una talla única).

Es tu decisión a partir de ahora pero esa decisión será buena porque tienes la información adecuada, aquella que no se suele contar y que, por tanto, puede hacerte cambiar de idea en el uso de compras y tampones (por ejemplo para aquellas personas que las usan, las compresas, a diario para proteger las braguitas y tener más higiene ahí abajo).