sábado, 4 de agosto de 2012
Falta De Deseo Sexual En El Hombre
Paradójicamente, al hombre que siempre se le acusa de no pensar en otra cosa que no sea sexo, también se ve afectado a menudo por una falta de deseo sexual. Y a pesar de que muchos son reacios a acudir al especialista, esta bajada anormal de la libido masculina es uno de los mayores motivos de consulta médica de los hombres, por motivos sexuales, después de la eyaculación precoz o la impotencia eréctil.
En las mujeres había sido algo habitual hasta ahora, sin embargo, en ellos sorprende el gran aumento de este problema. Son ellos ahora a los que “les duele la cabeza”.
Estamos acostumbrados a pensar que el hombre siempre tiene ganas y voluntad para el sexo, y que es la mujer la que decide cuando tenerlo. Sin embargo, cada vez más son los problemas sentimentales causados por la desaparición del deseo masculino. Ellas no suelen entender esta pérdida del apetito sexual en sus hombres, ya que hasta ahora no había sido habitual. Muchas piensan que se debe a que ya no las desean, y ahí empiezan los problemas.
Además de los problemas emocionales causados en la pareja, también estos afectan de forma individual al hombre, que ve cuestionada su hombría. Él mismo tampoco suele entender muy bien que le pasa, y el hecho de no tener ganas de sexo, le hace plantearse muchas cosas, que pueden llegar a bajar de forma acusada su autoestima sexual, e incluso su autoestima personal.
A menudo, las consecuencias de esta falta de deseo llegan a desembocar en otras disfunciones sexuales que se presentan de forma temporal mientras dura la desaparición de la libido. Por ejemplo, puede pasar que al intentar mantener relaciones, por satisfacer a su pareja, aparezcan problemas de erección. O incluso, si se consigue la erección, es probable que la eyaculación sea retardada o que incluso no llegue a darse el orgasmo. Esto, evidente, no hace más que agravar la situación, que llega a afectar a todas las parcelas de la vida del hombre con falta de apetito sexual: mal humor, hostilidad con su entorno más cercano, rechazo a la pareja… y un sinfín de actitudes que le llevan a entrar en un círculo vicioso del que es complicado salir.
¿Cuáles son los motivos que llevan al hombre a la inapetencia sexual?
Las causas de la falta de deseo sexual son muy variadas, aunque pueden agruparse en motivos físicos u orgánicos, o factores psicológicos o sociales.
Los factores físicos son los más fáciles de resolver, pues aunque a veces la patología puede llegar a ser compleja, con poner solución a la misma, puede volver el deseo. Las enfermedades que más interfieren en el mismo son algunas como los desajustes tiroideos, la falta de testosterona, pero sobre todo influye bastante la toma de medicamentos como antidepresivos, fármacos para controlar la hipertensión o el colesterol, etc. En este caso, muchas veces basta con cambiar la medicación y tomar una más adecuada para el paciente.
Los problemas psicológicos y sociales ya son más complejos, porque, entre otras cosas, a veces incluso son difíciles de localizar y de asumir.
El estrés por ejemplo es una de las lacras de nuestra sociedad actual, que más afecta a nuestra salud, incluida la salud sexual. La ansiedad provocada por la situación económica, la inseguridad laboral, las responsabilidades familiares y el ritmo general de la vida, hacen que nuestra salud se resienta, nuestras fuerzas decaigan y el apetito sexual llegue incluso a desaparecer.
La persona que sufre depresión también pierde por completo el deseo sexual. Se siente abatida y sin fuerzas para nada, y mucho menos para tener interés por el sexo. Normalmente, para recuperar el impulso sexual hay que superar la depresión por completo, y para ello es necesaria la ayuda profesional.
Los problemas de pareja también influyen en el nivel de la libido. Una pareja en la que se instala la rutina por ejemplo, tiende a perder el interés por el sexo. Lo mismo ocurre en aquellas parejas que discuten continuamente o tienen problemas de comunicación. También ocurre que a veces el amor no es suficiente, y la atracción física se apaga, o las relaciones sexuales son poco satisfactorias.
¿Se puede recuperar el deseo?
Por supuesto. Cuando las causas de la pérdida del mismo son orgánicas, basta con tratar la enfermedad que lo provoca. Y cuando las causas son psicológicas, o de origen social, es necesario plantar cara a los problemas que provocan esta pérdida de deseo. Solo de esa manera será posible que el deseo masculino se recupere por completo.
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