La sexualidad no es un campo vital a salvo de las temidas alergias. A lo largo de nuestra vida desarrollamos una sexualidad compleja en la que el desarrollo de la misma a través del erotismo nos empuja a utilizar determinados productos en nuestros momentos íntimos. También lo hacemos cuando queremos concebir, y más comúnmente cuando no queremos concebir.

La alergia puede definirse como una hipersensibilidad acusada hacia algún producto químico, partícula o molécula por mínima que sea, que al entrar en contacto con el cuerpo de la persona que padece la alergia, provoca una reacción extraña y exagerada, que a veces tiene unos síntomas muy característicos.

Por eso, en la sexualidad, un campo tan desarrollado de nuestra conducta, en el que interactúan tantos elementos, la alergia está presente como en cualquier otro. De hecho, según la OMS, se calcula que más de un 50% de la población sufrirá algún tipo de alergia en el 2025.

Aunque la alergia pueda mermar tu calidad de vida, tomar medida contra ella puede llegar a hacer que pase desapercibida. En el ámbito sexual, normalmente ocurre igual.

La salud sexual es un estado físico y emocional, pero también es un derecho reconocido. Por eso, es importante dar visibilidad a los problemas de alergias en el ámbito sexual. Existir existe, y hacen la vida complicada a quien las padece. Una de las alergias consideradas de ámbito sexual, por el uso que se le da a este material, es la alergia al látex. La reacción al contacto con esta sustancia puede acarrear desde leves síntomas muy molestos hasta graves lesiones en la piel, o en un caso más grave, un choque anafiláctico.

Hay quien es alérgico a los componentes de algunos anticonceptivos, como el DIU, o los espermicidas. También hay quien presenta hipersensibilidad a los materiales con los que se fabrican los juguetes eróticos o la cosmetología sensual, como por ejemplo la alergia a determinados tipos o marcas de lubricantes.

La persona alérgica al látex reacciona de forma incontrolada al contacto con las proteínas que se encuentran en el caucho natural. Las reacciones van desde un ligero pico, a lagrimeo, irritación ocular y nasal, hinchazón e irritación de la piel etc. En los casos más graves aparecen ataques de asma, o choque anafiláctico.

Esta alergia afecta a la vida sexual de las personas porque la mayoría de los preservativos están fabricados con látex, así como algunos artículos eróticos.

Este tipo de alergia es más común de lo que se imaginan, por eso las empresas productoras de artículos de salud y ocio sexual ya se plantearon hace tiempo sustituir el material de los profilácticos.

Hace ya mucho tiempo que los preservativos sin látex están en el mercado, y la mayor parte de los juguetes eróticos se fabrican en silicona médica u otros materiales hipoalergénicos.

Además de la alergia a los condones fabricados con látex, existen otros tipos de alergias a los diferentes anticonceptivos.

Los anticonceptivos hormonales suelen ser bastante benignos. Sin embargo algunas personas pueden presentar sensibilidad a alguno de sus componentes, normalmente excipientes.

El DIU suele dar también bastantes problemas de alergia, sobre todo en sus partes metálicas. Los de cobre son los que más casos de hipersensibilidad provocan, y hay que retirarlo inmediatamente.

Los espermicidas también pueden ser problemáticos. Por sus componentes químicos. Pueden causar reacciones alérgicas más o menos graves, aunque es muy común que produzcan irritaciones leves, picores y alguna que otra lesión cutánea. Es bueno hacer una pequeña prueba en los labios menores, unas horas antes de utilizarlo para comprobar la reacción cutánea.

La piel es uno de los órganos más sensibles del cuerpo, a los cambios externos y al contacto con determinadas sustancias. Los productos eróticos están fabricados, inevitablemente con productos químicos que pueden causar más o menos hipersensibilidad. La tendencia habitual es fabricar los juguetes con silicona médica o cualquier otro tipo de material no poroso e hipoalergénico. Sin embargo sigue habiendo marcas de dudosa calidad que fabrican juguetes con cualquier tipo de material plástico.

Con la cosmetología ocurre lo mismo. Por eso es esencial que comprobemos la calidad de los productos que adquirimos. Es necesario que estén dermatológicamente probados, y que sus componentes sean autorizados.

Confía en marcas conocidas y de prestigio, por ejemplo Dolce Love. En su catálogo solo encontrarás referencias bajo los más altos estándares de calidad.