jueves, 10 de mayo de 2012
CUÁNDO LA PENETRACIÓN ES IMPOSIBLE: DISFUNCIÓN ERÉCTIL
La disfunción eréctil es una pesadilla para todo aquel hombre que la padece. Este trastorno se puede definir como una falta de firmeza suficiente en la erección, que imposibilita la penetración, y por tanto dificulta enormemente las relaciones sexuales.
La gente confunde la disfunción eréctil con la impotencia, porque a este problema también se le llama impotencia erigendi. Sin embargo, la impotencia sexual abarca muchos más problemas como la falta de deseo, la esterilidad o la impotencia psíquica o emocional, más unida a problemas mentales que físicos. Por eso, para los problemas de erección, el término más correcto es Disfunción Eréctil.
¿Cómo es una erección normal?
El mecanismo de una erección “normal” es muy sencillo. El pene está formado por dos espacios llamados cuerpos cavernosos, formados longitudinalmente a través del mismo. Esos cuerpos cavernosos están rodeados por una membrana llamada túnica albugínea. Esta membrana tiene la capacidad de retener la sangre en esos cuerpos cavernosos cuando existe excitación. Y la sangre que queda estanca dentro del pene es la que hace que este se levante erecto y firme. Tras la eyaculación, los músculos del tejido que forma el pene, se relajan y la sangre sale de los cuerpos cavernosos, revirtiendo la erección.
Cuándo alguno de estos pasos no ocurre con normalidad, la erección falla, y aparece la disfunción eréctil. Sin una erección firme, consistente y duradera, no es posible mantener una relación sexual completa con penetración.
Causas y diagnóstico de la disfunción eréctil
No siempre se detectan causas concretas que causen la disfunción eréctil. Sin embargo, las causas más comunes pueden agruparse en tres grupos principales:
- Causas orgánicas: Son las causas de origen físico. Entre ellas se encuentran diversas anomalías anatómicas en el pene, falta o insuficiencia de testosterona, enfermedades que pueden llegar a causar disfunción eréctil como la diabetes. Enfermedades vasculares, neurológicas, e incluso enfermedades adictivas como el tabaquismo, el alcoholismo o el abuso de sustancias médicas u otras drogas.
- Causas traumáticas: son causas externas que cambian la anatomía del pene o de los órganos responsables de la erección. Por ejemplo una fractura de pelvis, o un golpe fuerte en el pene que dañe las estructuras cavernosas.
- Causas psicológicas. Al igual que en otras disfunciones, la respuesta sexual, y en la misma la erección, dependen de un impulso controlado por el sistema nervioso central. Cuando existen problemas psicológicos, como una depresión, un acontecimiento traumático, ansiedad, estrés… etc., la calidad de la erección, puede verse afectada.
El tema se agrava cuando varias de estas causas se unen entre sí. Es decir, las causas pueden aparecer de forma aislada, o de forma combinada. De una manera u otra, es necesario tratamiento.
Factores de riesgo. Evítalos
Está demostrado que existen sustancias que empeoran generalmente la salud del hombre, y particularmente su salud sexual. El consumo excesivo de tabaco, provoca enfermedades cardiovasculares, y estas a su vez dificultan enormemente la erección. El alcohol por otra parte, tiene efectos similares al tabaco, pero además a largo plazo actúa degenerando el sistema nervioso central, y con ese deterioro, se impide el desarrollo sano del impulso sexual. El uso de otras drogas y medicamentos, no está del todo estudiado, pero cualquier sustancia tóxica puede afectar a la normalidad de la erección.
También es importante observar en un hombre sano, cualquier tipo de cambio llamativo. Por ejemplo, la falta de erecciones vespertinas. Cuando esto se dé durante más de tres meses seguidos, consulte a un médico.
También deben cuidar al autoestima sexual, y practicar relaciones emocionales saludables. El complejo de inferioridad y el miedo al fracaso, hacen que no se controle la respuesta sexual, y pueden provocar episodios transitorios de disfunción eréctil.
Tratamientos para superarlas
No existe una solución “mágica” para combatir la disfunción eréctil. Lo primero es aislar y reconocer la causa responsable del trastorno, y una vez está localizada, buscar el tratamiento más sencillo y con menos riesgos.
Existen muchos consejos útiles para mejorar su erección, aunque si lo suyo tiene causas complejas, es mejor un tratamiento médico o psicológico:
- Abandonar hábitos adictivos que dificultan la erección (Tabaco, alcohol, drogas,...)
- Evitar o reducir al máximo tratamiento con antidepresivos, diuréticos y betabloqueantes.
- Psicoterapia en pareja.
- Terapia transuretral. Consiste en inyectar medicamentos específicos a través de la uretra en los tejidos cavernosos responsables de la erección.
- Tratamientos estimulantes del deseo sexual. Por ejemplo a base de dopamina y apomorfina.
- VIAGRA. Solamente recetada por un médico. Tiene muchas contraindicaciones y muchos efectos secundarios.
- Tratamientos hormonales.
- Bombas de vacío o dispositivos de aspiración: dispositivo que atrae la sangre y hace que se llenen los cuerpos cavernosos. Una vez llenos, se utilizan unas anillas que estrangulan la parte superior del pene y retienen la sangre, y con ella la erección. Es un método efectivo pero poco espontáneo.
- Cirugía vascular, correctora de posibles defectos de vascularización de los cuerpos cavernosos.
Si sufres disfunción eréctil, ponte en manos de un profesional
El principal problema de la disfunción eréctil que tan sólo el 10% de los hombres que la padecen, acuden al médico para tratársela.
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