miércoles, 4 de septiembre de 2013
Enfermedad Inflamatoria Pélvica
La enfermedad inflamatoria pélvica es una infeccione que se presenta en el útero, las trompas de Falopio y otros órganos genitales internos y que causa síntomas como dolor en el abdomen inferior. Es una complicación grave de ciertas enfermedades de transmisión sexual (ETS), especialmente de la infección por clamidia y de la gonorrea. Puede afectar las trompas de Falopio y los tejidos del útero, los ovarios y las áreas circundantes. La EIP puede provocar consecuencias graves que incluyen infertilidad, embarazo ectópico, formación de abscesos y dolor pélvico crónico.
¿Cómo se contrae la enfermedad?
El contacto sexual con parejas infectadas o portadoras asintomáticas de gérmenes inicia una infección en el tracto genital inferior de la mujer (vulva, vagina, cuello uterino) que de encontrar las condiciones apropiadas genera una infección ascendente hacia el interior del útero, las trompas de Falopio y finalmente la pelvis femenina
Se presenta cuando las bacterias pasan de la vagina o el cuello uterino de la mujer a sus otros órganos reproductores. Diversos tipos de organismos pueden causarla, pero muchos casos están asociados a la gonorrea y la clamidia.
Las mujeres sexualmente activas que están en edad de procrear son las que están expuestas a un mayor riesgo, y las mujeres que tienen menos de 25 años de edad tienen mayor probabilidad de contraer EIP que las mujeres mayores de esta edad. Se debe a que el cuello uterino de las adolescentes y mujeres jóvenes no está completamente formado, lo que aumenta su susceptibilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual relacionadas con la EIP.
¿Cuáles son sus Síntomas?
Los síntomas de esta enfermedad pueden ser graves o puede no mostrar ningún síntoma. Sobre todo cuando ésta es causada por la infección por clamidia, la enfermedad inflamatoria pélvica puede producir sólo síntomas leves o puede no producir ningún síntoma, incluso mientras está dañando seriamente los órganos reproductivos internos. Debido a sus síntomas leves, la mayoría de las veces, esta enfermedad suele no reconocerse tanto por las mujeres que la padecen como por los médicos. Las mujeres que tienen síntomas de esta enfermedad, con mayor frecuencia tienen dolor abdominal inferior. Otros signos y síntomas incluyen fiebre, flujo vaginal inusual que puede tener un olor desagradable, relaciones sexuales dolorosas, dolor al orinar, sangrado menstrual irregular y en algunos casos raros, dolor en el abdomen superior derecho.
Los principales síntomas de la enfermedad inflamatoria pélvica son dolor abdominal y flujo vaginal anormal. Otros síntomas como fiebre, dolor en la parte superior derecha del abdomen, relaciones sexuales dolorosas, sangrado menstrual, etc.
Diagnóstico y tratamiento
La enfermedad inflamatoria pélvica es difícil de diagnosticar porque los síntomas son a menudo imperceptibles y leves. Muchos casos de EIP no son detectados porque la mujer o el médico no reconocen estos síntomas leves o no específicos. Debido a que no hay pruebas precisas para detectar la EIP, el diagnóstico se basa, por lo general, en hallazgos clínicos.
La ecografía pélvica es un procedimiento útil para diagnosticar la EIP. Este examen permite visualizar el área de la pelvis para ver si las trompas de Falopio están agrandadas o si hay un absceso. En ciertos casos, puede ser necesaria una laparoscopia para confirmar el diagnóstico. La laparoscopia es un procedimiento quirúrgico mediante el cual un tubo delgado y rígido con una luz y cámara en el extremo (laparoscopio) se inserta mediante una pequeña incisión en el abdomen. Este procedimiento le permite al médico ver los órganos pélvicos internos y obtener muestras para estudios de laboratorio, si es necesario.
La EIP se puede curar con varios tipos de antibióticos. El médico determinará y recomendará la mejor terapia. Un tratamiento a tiempo con antibióticos puede prevenir daños graves a los órganos genitales. Asimismo, la pareja o parejas sexuales de la mujer deben recibir tratamiento para disminuir el riesgo de reinfección, aunque no tengan síntomas, ya que aun así podrían estar infectadas con los organismos que causan la EIP.
Prevención
Las mujeres pueden protegerse tomando medidas para prevenir las enfermedades de transmisión sexual o, si contraen una ETS, tratándose la enfermedad a tiempo. La manera más segura de evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual es abstenerse de tener relaciones sexuales o tener una relación duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien se le han hecho pruebas y se sabe que no está infectada.
Los preservativos de látex en los hombres, cuando se usan de manera habitual y correcta, pueden reducir el riesgo de transmisión de la clamidia y de la gonorrea.
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