miércoles, 6 de diciembre de 2017
Ese enfermedad silenciosa llamada Clamidia
Entre las muchas enfermedades de
transmisión sexual que pueden producirse, una de las más conocidas es la
llamada Clamidia, una infección común que puede dar muchas molestias. ¿Quieres
que te hablemos de ella?
Como te hemos comentado, la
clamidia, o clamidiasis, es en realidad una infección bacteriana muy común que
se contrae debido al contacto sexual con otra persona. De hecho, si nos fijamos
en los datos, estos nos dicen que una gran cantidad de personas, hombres y
mujeres, contraen esta enfermedad de transmisión sexual al año.
Pero, ¿cómo se produce? Al
parecer, según los datos, la clamidia se contagia a través de las relaciones
sexuales vaginales, anales y en el sexo oral. Son debidas a una bacteria que,
en contacto con el semen, el líquido preseminal y las secreciones vaginales,
reacciona infectando el pene, vagina, ano, uretra, cuello uterino, la garganta
e incluso los ojos.
El problema de esta enfermedad es
que, en la mayoría de los casos, no se tienen síntomas que puedan alertar a la
persona de la clamidia, por lo que es más complicada de diagnosticar. Lo que sí
debes tener en cuenta es que la clamidia solo se transmite por el sexo, no por
otro tipo de contacto como puede ser, por ejemplo, usar el mismo inodoro o dar
un beso. Eso sí, en ocasiones, cuando se mantiene sexo y se tiene clamidiasis
estando embarazada, se puede transmitir al bebé durante el parto, por lo que
hay que tener mucho cuidado en estos casos.
Los síntomas de la clamidiasis
Como hemos dicho antes, es muy
improbable que se presenten síntomas de esta enfermedad de transmisión sexual
(o ETS). Sin embargo, eso no quiere decir que no los haya, ya que en algunos
casos sí que se puede intuir algo (por ejemplo picazón, infecciones nada
habituales, etc.).
En general, los síntomas que se
producen suelen aparecer varias semanas después del contagio por lo que no se
achaca al sexo propiamente dicho, pero sí que es el desencadenante. Entre
ellos, estarían: flujo vaginal anormal; dolor en las relaciones sexuales, en el
bajo vientre o al orinar; secreciones extrañas; inflamaciones; etc.
En caso de que notes algo de esto
lo mejor es que acudas a tu médico de cabecera y le expongas el caso ya que, si
se coge a tiempo, la clamidiasis no es grave y puede resolverse fácilmente con
antibióticos. Sin embargo, cuando se deja mucho en el tiempo pueden existir
problemas graves de salud o incluso la imposibilidad de quedar embarazada (o de
esterilidad).
Normalmente el tratamiento por
antibióticos se suele suministrar por siete días que es el tiempo que tarda el
medicamento en actuar y volver a la normalidad el cuerpo. Sin embargo, hay
otros tratamientos que también son efectivos, sobre todo para cuando se produce
este problema de manera recurrente.
También es importante que, durante
el tiempo que dura el tratamiento, no se mantengan relaciones sexuales con el
objetivo de no volverse a contagiar o de no contagiar a otros.
Pasado ese tiempo, se realiza una
nueva prueba para verificar que la enfermedad ya no está y que la infección ha
desaparecido del cuerpo. Como prevención, es muy posible que se recomiende el
uso del preservativo para las relaciones sexuales, sobre todo si se produce con
relativa frecuencia el contagio.
En caso de no recibir tratamiento
para la clamidiasis, el problema puede ir a mayores puesto que podría
propagarse al útero o a las trompas de Falopio produciendo dolor, infertilidad
o incluso un embarazo ectópico. De ahí que sea importante verificar el estado
del cuerpo y realizarse una prueba de clamidia para evitar males mayores.
En el caso del hombre, el no
tratamiento de esta enfermedad puede propagarse al epidídimo, es decir, al
conducto que lleva el esperma y causar un dolor crónico o infertilidad, así
como aumentar las posibilidades de contraer, o de transmitir, el virus VIH.
Como ves, hablamos de una
enfermedad de transmisión sexual que, si bien es grave, dentro de todas las que
te puedes encontrar es la menos grave a sufrir. Sin embargo, es importante que
la tengas presente y te cuides de ella, más porque hablamos de algo
asintomático que puede hacer mucho daño.
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