miércoles, 27 de junio de 2012
Cómo llevar el embarazo durante el verano
El embarazo en un acontecimiento muy especial en la vida de todas las mujeres. Sin embargo, a pesar de lo emocionante, la realidad es que el estado de buena esperanza puede causar ciertas molestias en la madre, sobre todo en la época veraniega, donde el calor aprieta, y unido a ello, los cambios físicos son difíciles de soportar.
El metabolismo de la mujer cambia durante el embarazo. La temperatura corporal se percibe como en dos grados más de los reales, y por ello las embarazadas pueden tener sensación de sudoración excesiva y sofocos. Esto unido a las altas temperaturas propias de la época puede causar un estado de fatiga muy propio en las gestantes.
Sin embargo, pasar el verano embarazada no es algo que deba preocupar a ninguna mujer. Lo normal es que el embarazo ocupe casi todas las estaciones del año, simplemente hay que llevar a cabo una serie de cuidados específicos y… tener mucha paciencia. Siguiendo al serie de consejos que proponemos a continuación, no hay de qué preocuparse.
Cuidar la alimentación es un principio básico
Durante toda la gestación es necesario cuidar la alimentación, pero además en verano hay que añadir una serie de consejos extra para combatir las extremas condiciones ambientales:
- Evitar comidas demasiado abundantes, o de digestión pesada. Es preferible que hagas un desayuno completo y comas más ligero el resto del día.
- No olvides tu ración de fibra. Puedes encontrarla en frutas y verduras. Son esenciales para evitar el estreñimiento, muy común durante el embarazo.
- La hidratación es muy importante. Debes beber mucho líquido a lo largo del día, para enfrentar tu cuerpo al calor del verano. Bebe agua, zumos y bebidas ligeras.
- Cuida el consumo de sal. Es el principal factor influyente en la retención de líquidos y en el aumento de la tensión arterial.
- Si comes fuera de casa, procura no pedir demasiados platos pesados, con salsa o cosas que puedan hacerte daño como el huevo, la mahonesa, el marisco. Recuerda que debes evitar cualquier tipo de indisposición gastrointestinal que te haga estar aún más incómoda.
- Ensaladas, gazpacho, legumbres… aprovecha los platos fríos. Suelen ser los más saludables del verano, además de los más apetecibles.
- Ten cuidado con la toxoplasmosis y el anisakis. Evita comer pesados crudos o con la cadena de congelación rota. Lava las ensaladas a conciencia, y todas las verduras en general.
No dejes de hacer ejercicio físico en verano
Sí al ejercicio, pero con cuidado, debes tener en cuenta ciertos peligros que tienes que evitar:
- No hagas ejercicio intenso, y menos en las horas centrales del día, cuando hace más calor. Puedes hacer ejercicio suave, como yoga, streching o ejercicios de respiración.
- La natación es muy saludable durante estos meses. Suave y refrescante. Sin embargo, al bucear la presión podrían perjudicar al feto.
- Pasear es una de las mejores actividades físicas que puedes llevar a cabo. Te ayudará a combatir la hinchazón de las piernas y la pesadez por retención de líquidos.
Recuerda darte una ducha refrescante después de cualquier actividad física moderada.
Soluciones para el día a día
- Utiliza ropa fresca y de tejidos naturales. Si vistes de colores claros evitarás algo más el calor y obtendrás una sensación más fresca.
- Utiliza zapatos de calidad y cómodos. En verano mejor sandalias, para que el pie se sienta fresco y más libre, puesto que suelen hincharse bastante en esta época durante el embarazo.
- Evita el sol en la medida de lo posible, y si no puedes hacerlo utiliza un factor de protección solar de 30 o superior. Las manchas en la piel son mucho más frecuentes durante la gestación, por eso necesitas un cuidado extra.
- Descansa lo necesario. Si te sientes fatigada durante el día duerme una siesta de al menos 30 minutos. Levántate más tarde si es necesario. Y si vas por la calle y te sientes cansada, siéntate.
- Si tu médico no lo prohíbe por algún motivo, puedes seguir teniendo relaciones sexuales. Tienen múltiples beneficios probados sobre la madre y sobre el bebé en camino.
Vete de vacaciones, con precaución
A no ser que estés a punto de dar a luz, no hay contraindicaciones especiales a la hora de viajar. Simplemente tendrás que tomar una serie de sencillas recomendaciones para que no surja ningún contratiempo. Eso sí, no olvides que no es conveniente estar lejos del ginecólogo que siga tu embarazo, y que a veces, hay tramos de la gestación donde es necesario llevar un relativo reposo.
- El mejor momento para viajar es el segundo trimestre. Aún no estarás relativamente pesada y habrás pasado las primeras molestias. Eso sí, ten en cuenta tus citas programadas y no te saltes ninguna.
- A partir de la semana 28 es mejor que no te vayas muy lejos de dónde esté tu médico.
- Elige un destino donde cuentes con médicos y unas condiciones higiénicas y sanitarias buenas, donde tú y tu bebé podáis encontraros seguros.
- Debes elegir un medio de transporte en el que cada dos horas puedas pasear y estirar las piernas.
- Algunas compañías aéreas no permiten viajar a mujeres embarazadas a partir del 7º mes de gestación, infórmate bien antes de comprar los billetes. Si finalmente eliges volar, no elijas vuelos muy largos, y procura mover las piernas a menudo y pasear.
- Procura no elegir destinos exóticos que requieran vacunas, o parajes montañosos de grandes alturas, dónde puedas sufrir un déficit de oxígeno.
- Evita cargar tu viaje de actividades. Necesitas descansar.
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