sábado, 16 de junio de 2012

SEXO DURANTE EL EMBARAZO ¿POR QUÉ NO?

El sexo durante el embarazo ha sido muy “vetado” por los típicos tabúes que envuelven todo lo relacionado a la sexualidad. El miedo a preguntar, el desconocimiento, o las intermitentes molestias que provocan el estado de buena esperanza, hacen que muchas parejas renuncien a una de la parte más importante de su relación, cuando van a ser papás: la sexualidad.

A lo largo de los nueve meses de gestación la pareja puede sufrir muchos vaivenes en su libido, y muchos cambios a la hora de disfrutar de su vida sexual, pero en la mayoría de los casos, si no existe contraindicación médica, pueden disfrutar a lo largo de este periodo, de excelentes relaciones sexuales si se lo proponen.

¿Por qué es tan importante el sexo durante el embarazo?

Son muchas las razones por las que mantener una vida sexual placentera y activa también durante este periodo vital en la mujer.

Por un lado, a nivel de pareja, es fundamental para la madre mantener su autoestima personal y sexual. Durante los meses que se gesta una vida en el útero de una mujer, las hormonas se alteran a diario, sufriendo unos altibajos que producen alteraciones en el estado de ánimo de la madre. El sexo, es una forma de comunicación íntima en la pareja, que refuerza lazos y que sirve como demostración de afecto, cariño y pasión. Por eso, tener sexo durante el embarazo, aumenta la seguridad en sí misma de la madre, le ayuda a ser más feliz y a estar más estable emocionalmente.

Además, hay parejas para las que el sexo es tan importante, que no imaginarían estar durante meses sin el mismo. 

Para ellos es muy importante mantener activo ese vínculo.

El estado emocional de la madre, afecta al bebé, que capta el sentir de su madre en todo momento.

Por otro lado, es bueno para el bebé. Durante la excitación sexual, se produce una mayor irrigación de sangre en el útero y eso hace que el bebé esté mejor oxigenado durante el acto sexual. Además los movimientos de vaivén también les provocan placer a ellos.

Existen estudios que demuestran que el placer que tienen los bebés con padres activos sexualmente, hace que nazcan más seguros y felices.

Y por último hay que añadir los grandes beneficios que produce el sexo en la última etapa del embarazo. El motivo son las contracciones del orgasmo, que sirven para preparar físicamente el útero y el cuello del útero, además de preparar a la mujer contra el dolor.

El deseo sexual y el placer durante el embarazo

Al contrario de lo que puede pensar la mayoría de la gente, durante el embarazo el deseo sexual puede aumentar, e incluso puede hacer lo mismo el placer que se siente durante las relaciones sexuales.

Desde que se aloja n embrión en el útero, la irrigación sanguínea de los genitales aumenta. Por eso la zona se vuelve mucho más sensible. Y no solo aumenta el riego sanguíneo, sino que también lo hace el flujo vaginal. Por eso, durante esta etapa, la vagina está más flexible y mejor lubricada.

Otra razón de peso para disfrutar más del sexo durante el embarazo es que nos encontramos mucho más desinhibidas. No hay que preocuparse de métodos anticonceptivos, no hay presión por conseguir un bebé, y por eso, se disfruta más del sexo, sin preocupaciones. Aunque hay un aspecto que no hay que olvidar: el uso del preservativo si la pareja sexual no es estable, para evitar el peligroso contagio de una ETS.

Los pechos se vuelven mucho más sensibles y aumentan su tamaño. Se producen muchos cambios en el cuerpo femenino, cambios que se pueden explorar sexualmente, en la búsqueda de nuevos placeres.

Posturas permitidas durante el embarazo

Para la futura mamá es importante evitar posturas que produzcan presión, dolor o resulten incómodas. En cuanto al bebé, hay que evitar posturas que presiones la barriga de la madre. Algunas de las posturas más recomendadas pueden ser las siguientes:
  • Postura de lado: Ambos tumbados de lado, la mujer dando la espalda al hombre. Es la más cómoda para la gestación avanzada. Una variación de esta postura es colocados de frente, cara a cara. Aporta más intimidad, pero la penetración es menos profunda.
  • Ella sentada sobre él: sentados, con el tumbado… pero ella encima puede controlar el ritmo y la profundidad de penetración, sin que se presione el abdomen durante el acto sexual.
  • La postura del perrito también es muy cómoda si se coloca un cojín bajo el abdomen, para que éste no pese.
El clásico misionero no es la más adecuada, porque la mujer no debe estar tumbada de espalda durante mucho tiempo, y además, si el hombre no se apoya sobre sus brazos, puede presionar el abdomen.

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