sábado, 9 de junio de 2012
PREVENIR ES VIVIR. AUTOEXPLORACIÓN MAMARIA
El cáncer de mama es el más frecuente entre todas las mujeres del mundo. En el caso de España, por ejemplo, 16.000 mujeres los desarrollan cada año. La mayoría de los casos se diagnostican en mujeres de entre 45 y 65 años, aunque el índice sigue aumentando entre las franjas de los 30 a los 80 años.
Sin embargo, a la vez que aumenta el crecimiento en el número de casos diagnosticados, sobre todo por el envejecimiento de la población, descienden los datos de mortalidad. Este nuevo cambio positivo en cuanto al diagnóstico, se debe en parte a la detección precoz del tumor.
La autoexploración mamaria como primer paso para el diagnóstico es fundamental a la hora de atajar la enfermedad a tiempo. Por eso es importante que toda mujer sepa seguir unos pasos fundamentales a la hora de explorar sus senos.
Consejos antes de realizar la autoexploración
Con que le dediques diez minutos al mes a llevarla a cabo, es suficiente. Sin embargo, debes saber que los pechos sufren rápidas transformaciones a lo largo del ciclo menstrual, por eso es ideal hacer la autoexploración el mismo día aproximadamente de cada ciclo. Justo después de la menstruación es el momento ideal, cuando la mujer se encuentra menos hinchada.
A partir de la menopausia, los pechos no sufren tantos cambios, y para fijar el día lo mejor es elegir una fecha concreta al mes, por ejemplo el día 1 de cada mes.
Busca una habitación bien iluminada, donde tengas un espejo en el que puedas observarte de cerca de cintura para arriba.
Hazte también de un espejo de mano y de un sitio donde puedas tumbarte.
¿Cómo exploro mis senos?
Existen muchas maneras de explorar los pechos y cada mujer busca la que le resulta más cómoda. Sin embargo, os vamos a dar una serie de consejos para que no olvidéis ninguna observación importante:
- Desnúdate de cintura para arriba y colócate delante de un espejo, acompañada de una buena iluminación.
- Colócate con la espalda recta y los brazos pegados al torso. Observa el tamaño y la forma de tus senos. Aprecia si están igual que habitualmente, si hay algún cambio si entre ambas hay alguna diferencia novedosa. Observa el borde inferior de las mamas, para ver si es regular y perfilado. Detente en mirar la piel y asegurarte que no hay rugosidades ni pliegues extraños.
- El siguiente paso es observar los pezones: en el mismo sitio, colocada ante el espejo, levanta los brazos y observa tus pezones. Los pezones no deben estar retraídos, ni tampoco sobresalir de forma anormal. Observa si excretan algún tipo de líquido, y si este es claro o sanguinolento.
- En la misma posición, el siguiente paso es observar los perfiles. Es importante observar cualquier anormalidad en cuanto a la movilidad de la mama: si es igual una que la otra, o por ejemplo, si se queda adherida alguna de ellas al tórax al elevar los brazos.
- Coloca los brazos sobre tu cadera y ejerce presión, tensando los músculos pectorales, de esta manera se destaca mucho mejor el tejido mamario. Observa rugosidades, abultamientos o depresiones en la piel que las recubre.
- Lo siguiente será tumbarte en una posición plana, por ejemplo un sofá o una cama. Busca un almohadón para apoyar la cabeza y una toalla más o menos grande para doblarla y ponerla debajo del hombro correspondiente al seno que vas a palpar.
- Comienza a palpar toda la superficie con los dedos juntos y bien estirados.
- Dibuja círculos de fuera a adentro, y ve haciéndolos más pequeños hasta rodear el pezón, es aconsejable que lo hagas siempre en el sentido de las agujas del reloj.
- No olvide presionar con firmeza la zona externa de la mama, justo la que está pegada a las costillas.
- El último paso es palpar las axilas, de la misma manera que has hecho con al zona de las mamas.
¿Qué busco?
En el pecho podemos notar algunos bultos que simplemente son tejidos que forman parte de las glándulas mamaria. Por eso hacemos la exploración en el mismo día del ciclo, para que los cambios bruscos que sufren no puedan confundirse con nada malo. Recuerda que estás buscando algo anormal.
Con cualquier cambio anormal, bulto, endurecimiento, adherencias, secreción de los pezones, etc., consulta cuando antes a tu doctor.
Y no olvides a partir de los 45 años hacer tus mamografías correspondientes de forma periódica. Detectar un cáncer a tiempo, puede salvarte la vida.
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