miércoles, 28 de noviembre de 2012
La Higiene Sexual
Aunque los momentos de pasión a veces nos nublan la mente y todo sentido de la razón, nunca debemos dejar a un lado la importancia de mantener una higiene íntima correcta y no descuidarla antes, durante ni después de las relaciones sexuales., porque aunque no se incide mucho en este tema, es la base de la salud sexual.
Además de que un cuerpo con una higiene adecuada es mucho más atractivo, y causa mucha mejor impresión. Es muy complicado aceptar que pueda darse un momento romántico o tremendamente morboso que puede quedar eclipsado por malos olores o suciedad en ciertas partes nobles…
¿Cómo y cuánto?
Aunque un exceso de higiene puede ser tan perjudicial como la falta de la misma, la necesidad de higiene íntima es diaria. E incluso en ocasiones extraordinarias, más de una vez al día. Lo importante es saber identificar la necesidad de higiene.
Si nos quedamos cortos con la higiene de las zonas genitales, la suciedad se acumula en forma de restos orgánicos que pueden llegar a convertirse en un caldo de cultivo idóneo para las infecciones genitales de todo tipo.
Además, las costumbres actuales nada aconsejables, como llevar ropas excesivamente ceñidas y de tejidos artificiales, puede entorpecer la circulación y crear un exceso de humedad muy perjudicial para la piel y las mucosas de los genitales.
Por otro lado, el exceso tampoco es bueno. Lavar demasiado los genitales puede acabar con la capa protectora bacteriana de la piel, la flora vaginal e incluso con los fluidos protectores de las mucosas genitales. Esto deja a las personas expuestas a todo tipo de infecciones.
Por eso, la opción ideal es hacerlo de forma diaria, al menos una vez al día, utilizando los productos adecuados, y aumentando esta higiene a momentos anteriores y posteriores a las relaciones sexuales.
¿Cómo debe ser la higiene íntima femenina?
Las mujeres suelen ser bastante más cuidadosas en estas cuestiones que los hombres, no porque ellos no se laven, sino porque ellas suelen prestar más atención a las pautas aconsejables y a los productos más adecuados.
Para ellas, es aconsejable el uso de un jabón neutro, y agua abundante. Existen jabones especiales para la zona íntima femenina. Son los más adecuados sin duda. Durante el baño o la ducha es recomendable dejar caer el chorro sobre los genitales, para enjuagarlos bien.
Además, las mujeres, por muy escrupulosas que sean, deben tener en cuenta que los genitales no se lavan por dentro, solo se hace por fuera, no introduzcas nunca jabón u otro producto dentro de la vagina. Lo único que puede utilizarse de esa manera son las duchas vaginales que se venden en las farmacias, pero solo deben utilizarse cuando lo indique el ginecólogo. Un uso excesivo de las mismas puede acabar con la flora vaginal.
Otro consejo útil es orinar antes y después de tener relaciones sexuales. De esa manera te aseguras de que se expulsan las bacterias y microbios alojados en la uretra, evitando infecciones de orina.
¿Cómo debe ser la higiene íntima masculina?
Existe una mayor necesidad de concienciación en cuanto a la higiene masculina. Ellos, ya se preocupan, pero al haber llegado esta preocupación bastante más atrasada que en el caso de las mujeres, aún son perceptibles las diferencias.
En cuanto a frecuencia, e incluso a los productos, un hombre requiere los mismos cuidados que una mujer. Lo importante es que conozcan el ritual de limpieza adecuado.
Es muy importante retirar el prepucio hacia atrás y lavar bien con abundante agua esa zona del glande. Tampoco hay que olvidar la zona testicular, el perineo y el ano. Después de lavar hay que secar a conciencia para evitar un exceso de humedad que favorezca la formación de hongos. Usar polvos talcos cuando hay problemas de sudor es una buena opción.
Es necesario prestar una especial atención tras las relaciones sexuales.
¿Cómo deben ser los productos que se usan para la higiene íntima?
Cada vez hay más productos entre los que elegir, sobre todo entre el público femenino. Solamente es necesario tener en cuenta que tenga un PH neutro, y que su composición sea hipoalergénica y lo más natural posible. No abuses nunca de este tipo de productos. Utilízalos de forma moderada.
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